El padre de César y Víctor se va a morir. Después de una vida de excesos, mentiras, juego y prostitutas, este señor ha entrado en un estado de coma, del que difícilmente saldrá. Y a sus dos hijos, ambos con la relación rota con su padre, les toca asistirle en sus últimos momentos en el hospital. César, hermano mayor, enfadado con su padre – furioso, en realidad – y que ha tenido que encargarse de su hermano pequeño, Víctor, por ser un irresponsable, que siempre ha vivido a la sombra de un padre terrible, intenta en estos últimos momentos de vida de su padre reconciliarse con él. Intenta perdonar lo, tal vez, imperdonable. Al final, comprende que, a través de reconciliarse con su hermano, enfrentados ambos, por culpa del padre, es la única forma que tiene de conseguir estar en paz. Y si no de perdonar a su padre, por lo menos, de entenderle.