Hoy es el cumpleaños de Rosa y toda la familia se reúne para celebrarlo. Viuda, jubilada y con los hijos ya mayores y emparejados, Rosa aprovecha la ocasión para comunicarles lo que desea hacer a partir de entonces. Se podría apuntar a la universidad o a un cursillo de pintura como sus amigas, pero ella tiene unas intenciones muy diferentes. Y es que Rosa, en plena tercera edad, ha decidido tener un hijo. Y no se refiere a adoptarlo: ha viajado a los Estados Unidos para implantarse un óvulo fecundado porque desea parirlo ella. La noticia causa conmoción entre los miembros de su familia, que consideran que la idea es terrible por motivos que van desde los más humanitarios (Rosa en breve no tendrá fuerzas para cuidar del niño) hasta los más egoístas (peligra parte de la herencia). Por ello, los hijos de Rosa se disponen a hacer lo que sea para evitar que su anciana madre les dé un hermanito.